22 jun 2012

Los Juegos Olímpicos III, las pruebas: las carreras

       En esta tercera entrada dedicada a los Juegos Olímpicos me centraré en las carreras, la modalidad deportiva más natural del hombre. Para los griegos era una disciplina muy importante tanto en la educación física de los jóvenes, como en las competiciones deportivas. Esta actividad estaba presente en los sistemas educativos tan diferentes de Esparta y Atenas, el propio Platón le concede un lugar muy importante en la educación física de los ciudadanos de su estado ideal. También en Creta se puede rastrear esta importancia debido a la gran fama que tenían sus corredores fondistas, y el gimnasio era denominado drómos ("lugar para correr"). Los miembros masculinos de la comunidad estaban divididos en varias clases de edad en relación con la actividad pedestre de cada una:
  • apódromoi: adolescentes que estaban aún excluidos del drómos (gimnasio).
  • dromeîs: jóvenes admitidos en el drómos.
  • dekádromoi: adultos.
     En un principio, los Juegos Olímpicos tan solo constaban de las carreras como pruebas deportivas. A diferencia de los estadios modernos, el antiguo constaba de una larga explanada de unos 200 metros de longitud por 30 de ancho. Por tanto, en carreras superiores a 200 m., los corredores daban un giro de 180º, siempre a la izquierda, en torno a un poste llamado kamptér. En el programa olímpico había cuatro carreras: el estadio, el diaulo o doble estadio, la carrera con armas y el dólico o carrera larga. Todo esto ofrece un amplio y completo programa de pruebas de velocidad, medio fondo y fondo.

Estadio de Olimpia
     
 El estadio:
     La prueba estrella era la carrera de estadio hasta tal punto que en las trece primeras Olimpíadas era la única prueba que se realizaba y, aunque se fueron incluyendo nuevas pruebas pedestres, la carrera de estadio siempre fue la que mayor atracción ejercía sobre los espectadores. En esta prueba vencía el hombre que consiguiese mayor velocidad en línea recta, que se convertía en el "hombre más rápido del mundo".

Carrera de velocidad. Ánfora ateniense.
El diaulo o doble estadio:
     En el año 724 a. E. se sumó la prueba del diaulo, una segunda prueba de velocidad. El doble estadio consistía en que los atletas girasen en torno a un poste que servía como contrameta y retornasen de nuevo al punto de partida.

El dólico o carrera larga:
     Esta prueba fue añadida en el año 720 a. E., la distancia que debían correr los atletas oscila entre los 7 y 24 estadios. Esta variedad de datos sobre la distancia puede deberse a que el recorrido en carreras de niños y jóvenes fuese menor. En esta categoría sobresalían los atletas cretenses debido a las necesidades de la vida diaria en una isla muy montañosa y de difíciles comunicaciones, como era Creta.

Carrera de fondo. Ánfora Panatenaica

La carrera con armas:
     Esta categoría fue la última en introducirse en los Juegos Olímpicos, en el 520 a. E. La carrera con armas o la carrera de hoplitas tiene un origen en relación con el entrenamiento militar, no en actividades culturales, y sería similar a nuestra carrera de obstáculos. En un principio, el armamento que llevaban consistía en una gleba, un yelmo y un escudo, aunque en el siglo V desaparecieron las glebas y, finalmente, acabó reduciéndose tan solo al escudo de bronce. En las Olimpíadas, los atletas de esta categoría debían correr 2 estadios.

Carrera de hoplitas. Ánfora Panatenaica

    Antes de iniciar la carrera, los atletas, como a día de hoy, realizaban una serie de ejercicios de precalentamiento. A continuación se alineaban en sus lugares de salida, que habían sido sorteados previamente. El estadio de Olimpia tenía capacidad para 20 atletas, pero seguramente se presentarían más corredores de lo que podía abarcar el estadio, por tanto se celebraban series clasificatorias previas a la gran final, tal y como sucede en las Olimpíadas modernas.

Salida de un atleta
     La posición que adquirían los corredores en la salida era de pie, con el cuerpo y los brazos inclinados hacia adelante y la pierna derecha algo más retrasada que la izquierda. Es discutido si los atletas griegos conocieron y emplearon la forma de tomar la salida con las manos apoyadas en el suelo, una posición que se ha impuesto a los atletas actuales desde que fue empleada por Burke, vencedor en los 100 m. de los primeros Juegos Olímpicos de la era moderna.

     Los corredores partían cuando escuchaban la orden de salida (ápite, "partid") aunque, como sucede también actualmente, se producían salidas en falso que se adelantaban a la señal auditiva. El evitar estas salidas en falso, pues los atletas que las hacían eran castigados golpeándoles con una vara, influyó en la evolución de los sistemas de salida en el atletismo griego. Tres eran las formas de salida: grammé, balbís y hýsplex.
  • grammé: el sistema más antiguo que consistía en un simple trazo en la arena que señalaba tanto el lugar donde debían alinearse los corredores, como la llegada.
  • balbís: posteriormente se instalaron, a modo de salida y meta, unas lastras fijas de piedra con acanaladuras transversales o agujeros para colocar los pies y con postes de separación.

    Lastras de salida del estadio de Olimpia
  • hýsplex: sistema más complejo del que existen pocos testimonios y que consistiría en un complicado sistema de postes y cuerdas.
 
Reconstrucción del mecanismo de salida del estadio ístmico

17 jun 2012

Los Juegos Olímpicos II, desarrollo

       Como bien sabéis, los Juegos Olímpicos se celebran cada cuatro años y no penséis que ese intervalo ha sido impuesto ahora, fueron los griegos quienes lo decidieron así. No hay que dejar de pensar que somos directos herederos de la cultura griega, quien piense lo contrario solamente tiene que darse una vuelta por nuestro lenguaje, gran parte de las palabras que conforman nuestro lenguaje tienen raíz griega. La palabra "quinquenio" en griego era penteterís, es decir, el período comprendido entre dos celebraciones de los Juegos Olímpicos, que se realizaban en verano ¡Qué coincidencia! Las Olimpíadas actuales se llevan a cabo en agosto.
"La fecha exacta era, no obstante, variable, coincidiendo el día principal (aquél en el que se ofrecía el gran sacrificio en honor a Zeus) con el primer o segundo plenilunio del solsticio de verano, pues el festival se regía por un ciclo lunar de 49 ó 50 meses (un mes más se intercalaba tres veces cada ocho años para que el festival viniera a celebrarse más o menos por las mismas fechas siempre); podía oscilar, pues, entre mediados de julio y agosto." Fernando García Romero; Los Juegos Olímpicos y el deporte en Grecia, editorial Ausa, Barcelona, 1992.
        Unos meses antes de la celebración de los Juegos se llevaban a cabo unos actos preliminares cuando tres mensajeros llamados "espondóforos" ("portadores de la tregua"), recorrían las polis anunciando la proximidad de los Juegos Olímpicos y proclamando la "tregua sagrada" (ekekheiría). Esta tregua fue firmada en el año 884 a. E. entre Ífito, rey de Élide y refundador de los Juegos Olímpicos, con Licurgo, legislador de Esparta.

"Licurgo" de M. J. Blondel
       Dicha tregua abarcaba el mes anterior y posterior a los juegos, aunque más adelante se extendió a dos o tres meses antes y después, porque fueron llegando espectadores y participantes desde lugares más lejanos. Pero esa "tregua sagrada" no significaba una pausa de los conflictos bélicos entre las polis griegas, sino que su finalidad era lograr un salvoconducto que asegurara la inviolabilidad de los deportistas y los espectadores durante su viaje a Olimpia, y después en su retorno a sus respectivas ciudades. Al tratarse de una tregua sagrada, todo aquél que se dirigiera al festival o participase en él, estaba bajo la protección divina, de modo que si se cometía un delito contra ellos suponía una falta religiosa. De esta manera, se consiguió que durante un milenio los juegos se celebrasen todos los cuatrienios, independientemente de los conflictos políticos y militares, algo que las Olimpíadas modernas no han conseguido en los escasos cien años de su existencia.

      Para los atletas era obligatorio presentarse en Olimpia un mes antes de dar comienzo los juegos. Como sucede en la actualidad, a las polis les interesaba que sus atletas alcanzasen la victoria, aunque los atletas se inscribían a título individual, es decir, el Estado no enviaba a representantes oficiales. A su llegada eran sometidos a un examen por los helanódicas, para comprobar que cumplían con los requisitos para poder participar en los juegos sagrados: ser hombres libres, hijos legítimos de padres griegos y no estar sometidos a la atimía (la privación de los derechos de ciudadanía por haber cometido un delito de sangre o religioso). Durante este mes anterior a las Olimpíadas, se concentraba a los atletas a unos kilómetros de Olimpia, donde desarrollaban los entrenamientos previos a la competición. En este período el modo de vida de los atletas era muy riguroso, pues todos estaban sometidos a un régimen alimenticio que era igual para todos.

     El primer día de las Olimpíadas se ocupaba con la procesión a Olimpia de los atletas, el juramento a Zeus y la inscripción definitiva de los atletas. Desconocemos la duración de los Juegos Olímpicos en los primeros años, aunque seguramente serían uno o dos días ya que de aquella tan sólo se realizaba una competición: la carrera del estadio. Con el paso del tiempo se fueron añadiendo nuevas pruebas, por lo que también aumentó el tiempo de duración del festival. En el año 472 a. E., en la Olimpíada 77, la duración quedó fijada en cinco o seis días.

8 jun 2012

Los Juegos Olímpicos I, el origen

      Como bien es sabido por todos, este año toca Olimpiadas, el mayor espectáculo deportivo que presenciamos cada cuatro años. Parece mentira que ya hayan pasado cuatro años desde las Olimpiadas celebradas en Pekín, y ahora le toca a Londres ser el centro del mundo durante unas semanas. Pero ¿cuál fue el origen de las Olimpiadas?


    Los Juegos Olímpicos tienen su origen en la antigua Grecia. Quedan sumidos en la oscuridad los motivos que impulsaron a los hombres a crear este festival deportivo. Este tema ha sido una cuestión debatida por estudiosos del deporte en la Grecia antigua, con ayuda de antropólogos e historiadores de la religión. La tradición griega afirma que el nacimiento de este festival está relacionado con un dios, un héroe o figuras legendarias, es decir, buscan un origen mitológico.

      Al primero que se le asignó su creación fue a Zeus, quien derrotó a su padre Cronos en los parajes que luego serían utilizados para los juegos. Según los autores clásicos Estrabón y Pausanias, el creador de los juegos fueron los Dáctilos, genios a los que Rea encargó el cuidado del pequeño Zeus. Heracles propuso a sus cuatro hermanos, Peoneo, Epimedes, Idas y Yasio, la disputa de una carrera para entretener a la criatura, coronando al vencedor con un ramo de olivo silvestre. Hoy en día se sigue coronando a los vencedores pero no con olivo, sino con laurel, ¿os habéis dado cuenta que los participantes en esa carrera son cinco, como los cinco aros que representan las Olimpiadas? La leyenda más extendida quizás sea la del héroe Heracles, tocayo del dáctilo anterior, hijo de Zeus y Alcmena, una generación anterior a la Guerra de Troya, fechada por los antiguos a finales del sigo XIII o comienzos del XII antes de nuestra Era. Según los autores clásicos, la creación de los Juegos Olímpicos partían del deseo de Heracles de celebrar el triunfo sobre Augias, rey de la Élide. Otros autores como Píndaro afirmaban que en realidad era la rememoración de la hazaña de su antepasado Pélope, que el autor relata en su Olímpica.

2 Euros de Grecia. Conmemoración de las Olimpiadas de Atenas 2004

   Dos autores del siglo II-III d. E., Flegón de Trales en su Historia Olímpica y Pausanias en su Descripción de Grecia, proporcionan un catálogo muy complejo de fundadores, refundadores y renovadores legendarios de los juegos, tratando de enlazar las distintas versiones y tradiciones que circulaban. Las enrevesadas sucesiones de fundadores y renovadores podría ser un reflejo de las distintas etapas por las que atravesó el santuario de Olimpia.

  El problema del origen de los Juegos Olímpicos se ha intentado solucionar con las diversas interpretaciones de los mitos a partir de los datos que ofrecen la etnología, la arqueología, la filología, la historia y el estudios comparado de las religiones. Aunque existe un problema, puesto que las conclusiones suelen estar relacionadas con el ámbito de estudio del autor. Por ejemplo, los historiadores de las religiones tienden a  dar respuestas que relacionen los juegos atléticos con algún culto, los estudiosos del deporte griego recalcan el espíritu colectivo y el afán de comparar sus fuerzas con los demás.

     Para responder al enigma del origen de los Juegos Olímpicos habría que remontarse al propio origen del deporte. Sí es cierto que el deporte estaba íntimamente relacionado con prácticas religiosas, aunque hay discusión sobre qué tipo de culto está en la base de estos juegos. Algunos estaban relacionados con prácticas funerarias, pues en muchas culturas era costumbre celebrar juegos deportivos durante los funerales de un individuo ilustre. En la Grecia antigua las competiciones funerarias eran organizadas por el estado para honrar la memoria de los soldados caídos en combate, como por ejemplo las famosas batallas de Maratón, Platea o la Guerra del Peloponeso. Aunque también podían honrar a una persona en particular.

2 Euros de Grecia. Conmemoración de los 2.500 años de la Batalla de Maratón
   Distintos autores dan diferentes significados rituales a los juegos, desde recuerdos de antiguos  sacrificios humanos ante la tumba del guerrero; combate ritual para descubrir y castigar al responsable de la muerte del enterrado, y el culpable sería el perdedor del combate; hasta teorías de combinación de ritos funerarios con actos culturales relacionados con ritos de fertilidad, ascensión al trono e iniciación. Sin embargo, el punto de vista de los estudiosos del deporte griego defienden un origen profano y deportivo, es decir, nacerían por el placer de combatir, del "espíritu agonístico" que se considera innato en el ser humano. Aunque más adelante, estas competiciones adquirirían un carácter religioso al quedar bajo la protección de alguna divinidad y desarrollarse durante ceremonias religiosas.

    Otro gran tema de discusión, aparte del origen de los Juegos Olímpicos, es la fecha de la primera Olimpíada, la más extendida se celebraría en el 776 a. E. Los estudiosos han podido llegar a esta conclusión gracias al catálogo, realizado por Hipias, de vencedores olímpicos que comenzó en el 776. Sin embargo, hay autores que niegan que estos sean los primeros vencedores, debido a que la reintroducción de la escritura en Grecia no permitió conservar el nombre de los 27 triunfadores anteriores. Otra fuente antigua sería el disco votivo de Asclepíades que remonta la primera Olimpiada hasta el 1580 a. E., aunque actualmente se considera que el disco es una falsificación antigua, ya que le otorgaría a los eleos la justificación histórica del control de los juegos.

Disco votivo de Asclepíades


   Según diversos hallazgos arqueológicos, en las proximidades de Olimpia, hay constancia de la celebración de juegos anteriores al 776, hallazgos que se datan hacia el siglo X a .E. En esta zona pudo haber juegos culturales, aunque no se puede afirmar que cumpliesen las características de los Juegos Olímpicos, es decir, festivales religiosos con competiciones atléticas que, de manera periódica y organizada, se celebraban en el santuario de Olimpia en honor a Zeus.

      La historia de los Juegos Olímpicos corre paralela con la evolución del deporte griego. Los dos primeros siglos están marcados, desde el punto de vista político, por la disputa entre Pisa y Élide por el control del festival, y desde el punto de vista deportivo, por el dominio aplastante de los atletas espartanos. En los primeros momentos, en las ciudades ya mencionadas (Pisa y Élide) se alternaban la organización del festival, aunque el rey de Argos se lo arrebató a los eleos y lo puso en manos de los pisatas durante un siglo, hasta que los eleos, gracias a la ayuda de los espartanos, se hizo definitivamente con el control. Durante este período, los juegos fueron perdiendo su carácter local atrayendo a atletas de lugares cada vez más lejanos, esto provocó un descenso del predominio de los espartanos.

Reconstrucción del santuario de Olimpia

     A partir del siglo VI el carácter panhelénico de los juegos se consolidó y Olimpia se convierte en el símbolo de la unidad de todos lo griegos, que había surgido por su unión en las Guerras Médicas contra un enemigo común: los persas. Poco después se sucede una época de altibajos debido a la sucesión de conflicto entre las polis. En época de Filipo y de Alejandro Magno se impone la hegemonía macedónica sobre la Hélade, y tienen interés por realzar los Juegos de Olimpia como forma de legitimar su dominio.

      Con la conquista romana los juegos entran en una etapa de decadencia porque al conquistador romano no le interesaba incentivar nada que reavivase el espíritu nacional del pueblo conquistado. El final de los Juegos Olímpicos sigue siendo un tema de debate  pero se sabe que el auge del cristianismo supuso el principio del fin del festival, que fue clausurado.

2 Euros de Grecia. Conmemoración de las Olimpiadas Especiales de Atenas 2011

3 jun 2012

Zeus y Hera

"Hera seduce a Zeus en el monte Ida" de James Barry.
     En todas mis entradas anteriores siempre he mencionado a Zeus y Hera, y ya es hora de que sean los plenos protagonistas de una de ellas. Zeus es bien conocidos por todos nosotros, es el Dios Supremo, el Rey de los Dioses, el Padre de los dioses y de los hombres. Del nombre de Zeus deriva nuestra palabra Dios, ¿coincidencia? no lo creo y no lo es, los cristianos adoptaron el griego como lengua para su religión en un principio. Así podían acceder a una mayor parte de la población y, también quizás, para protegerse de los romanos.




      Pero volvamos con la mitología, Zeus y Hera son hermanos, pero también marido y mujer. En la segunda entrada, El nacimiento de los primeros dioses (que podéis ver aquí) relaté el nacimiento de Zeus y sus hermanos, además de cómo destronó a su tirano padre Cronos.

"Júpiter y Juno" de Annibale Carracci.


Zeus, el Padre de los dioses y los hombres

Júpiter Verospi
     Zeus es el más grande de los dioses del Panteón helénico. El origen de este dios es indoeuropeo, está relacionado con la luz y hacía referencia al cielo y a los fenómenos atmosféricos, como el rayo y el trueno, la lluvia y la nieve. Estos atributos atmosféricos le convierten en la divinidad suprema, aunque su autoridad fue discutida en algunas ocasiones. A partir de los poemas homéricos se va configurando la personalidad de Zeus como el soberano de hombres y dioses, que reina en las alturas del cielo.

    Se le denominaba Padre de los dioses y los hombres por sus numerosas relaciones con diosas, ninfas o mortales. Como dios padre protege la casa y la familia, es garante y purificador del matrimonio, guardián del orden social y defensor del derecho. Dirige el universo y las relaciones entre hombres y dioses como árbitro, imponiendo castigos cuando es oportuno. Zeus representa la justicia y el orden enfrentados a la barbarie y el caos. Es el encargado de purificar a los homicidas de la mancha de la sangre, vela por el mantenimiento de los juramentos y por el respeto de los deberes para con los huéspedes; es garante del poder real y de la jerarquía social. Estas prerrogativas afectaban tanto a los mortales como a los dioses. Es un dios providencial y es consciente de su gran responsabilidad, por eso es el único que no se deja dominar por sus caprichos (excepto en los amorosos)

Júpiter de Esmirna.
    Como ya comenté y como bien es sabido por muchos, Zeus tuvo numerosas relaciones sexuales con otras mujeres estando casado con Hera. Estas relaciones despertaban la ira y el rencor de Hera, que perseguía a las amantes y a sus hijos, muchos de los cuales fueron héroes o fundadores de ciudades. Para lograr sus fines amorosos, Zeus se transformaba en todo tipo de seres como un cisne, para seducir a Leda; un toro, para raptar a Europa; o en águila, para capturar a Ganímedes.

    Aún así, Hera no se atrevía a enfrentarse abiertamente a Zeus, de tal forma que sus relaciones son el reflejo de las que había en época doria, cuando las mujeres habían sido privadas de todos sus poderes y eran consideradas simples posesiones.

     Para los mitógrafos de la época cristiana, la gran cantidad de relaciones que tuvo Zeus, eran consideradas como actos de libertinaje. Sin embargo, los mitógrafos y poetas anteriores, intentaron reconocer la profunda razón que llevaba al dios a dar hijos a las mortales. Por ejemplo, explican el nacimiento de Helena como el deseo de disminuir la población excesiva de Grecia y Asia Menor, provocando un conflicto sangriento: la famosa Guerra de Troya. Es decir, la procreación de Zeus aparece como una manifestación de una acción providencial.

     Las representaciones antiguas de Zeus le mostraban en su categoría de potencia celeste, empuñando su rayo contra sus adversarios. El segundo tipo iconográfico, repetido desde la Antigüedad, es como tonante en majestad, entronizado con su cetro, como garante de la justicia y el orden. La obra más famosa fue la monumental estatua criselefantina de Fidias, una de las Siete Maravillas del Mundo, que albergaba el Templo de Zeus Olímpico.

Dibujo de la reconstrucción de la estatua criselefantina de Zeus.
    Tan sólo la podemos conocerla a través de monedas, pequeñas réplicas y la descripción de Pausanias. Esta monumental estatua representaba a Zeus con el torso desnudo y el mando sobre las piernas, sentado en su trono y sosteniendo en una mano el cetro coronado con un águila y una Victoria alada, en la otra.

Moneda que representa al Zeus criselefantino de Olimpia.
      Zeus recibía culto ya en época micénica, pues es una de las divinidades cuyo nombre se documenta en las tablillas micénicas. Más tarde recibió culto en toda la Hélade y en el mundo helenístico como dios supremo, protector de las ciudades. De sus santuarios en época clásica destacan el de Olimpia y su oráculo en Dodona.
Restos del Templo de Zeus en Olimpia.


 Hera, la reina y señora del Olimpo


"Juno" de Alonso Cano.
    Hera es la más poderosa y grande de las diosas Olímpicas. Su educación fue confiada a Océano y Tetis por Rea, cuando la lucha entre Zeus y los Titanes comenzó. Otras versiones atribuían su educación a las Horas, al héroe Témeno o a las hijas de Asterión. Hera se convirtió después en la tercera esposa de Zeus, la primera había sido Metis, y la segunda Tetis. Aunque se decía que el amor entre Zeus y Hera era muy antiguo, y que se habían unido secretamente antes de la guerra contra los Titanes. De su unión nacieron: Hefesto (aunque en la entrada dedicada a este muestro que hay otras versiones), Ilitía, Hebe, el escanciador de los dioses, y Ares, a quien ya se le ha dedicado una entrada.

    Existen diferentes tradiciones sobre el lugar donde se celebró el matrimonio. Una de ellas lo atribuye al Jardín de las Hespérides, un símbolo mítico de la fecundidad, en el seno de una eterna primavera. La Ilíada lo atribuye a la cumbre del Ida, otros en Eubea. En la Hélade se celebraban fiestas conmemorando la boda entre Zeus y Hera. Se adornaba la estatua de la diosa, a la que vestían como a una joven desposada, llevándola en procesión por la ciudad hasta un santuario donde se hallaba preparado su "lecho nupcial".

"Júpiter y Juno en el monte Ida" de Antoine Coypel.

"Hera Barberini"
      Hera es la reina y señora del Olimpo y protectora de las mujeres casadas, la maternidad y el matrimonio. Adorada como divinidad femenina de la fecundidad, que puede considerarse como una antigua diosa madre prehelénica, siendo también una divinidad arcaica de la luz. Se la representa como una mujer celosa, violenta y vengativa, irritada por las constantes infidelidades de su Zeus, que significan un insulto para ella.

    Recibía culto en su condición de esposa de Zeus y coprotagonista del matrimonio sagrado (hierogamia). La persecución de las amantes de Zeus es el reflejo mítico de la defensa del matrimonio por la diosa. Su campo de acción abarca el camino de la joven hasta el matrimonio y toda su vida en común con el marido. Aparece también venerada como diosa de los partos, como diosa que desata los nudos y afloja los lazos para que el niño pueda nacer. La ciudad principal en la que recibía culto era Argos, como muestra su epíteto "argiva".


"Matrimonio de Zeus y Hera" en el Templo a Hera en Selinunte (Palermo)
      Pero no solamente había discusiones entre Zeus y Hera por las infidelidades. Existe un curioso episodio en que ambos discutían sobre quién disfrutaba más durante el sexo. Zeus afirmaba que eran las mujeres quienes más disfrutaban, en cambio, Hera defendía que eran los hombres quienes salían ganando. Para zanjar el asunto, fueron a consultar a Tiresias, un mortal que había sido hombre y también mujer (ya hablaré más atentamente sobre este mito). Tiresias le dio la razón a Zeus diciendo que, si los placeres representaban diez unidades, al hombre le correspondía una, y a la mujer nueve. Esto provocó el enfado de Hera y le dejó ciego, pero Zeus le concedió el don de la adivinación para compensarle.

     Suele ser representada como una majestuosa matrona con cetro, y porta una corona cilíndrica o una diadema sobre su cabeza, en ocasiones velada. Sus atributos son la granada, símbolo de fertilidad y muerte; el león, la vaca y el pavo real, el más representativo de la diosa y que suele tirar de su carro.

"Juno" de The Peacok`s Complaint
        El pavo real representaba la imagen de los cien ojos de Argos, el guardián que la diosa había colocado junto a Ío, una de la amantes de Zeus. Cuando le mataron, para honrar la memoria de su fiel sirviente, Hera adornó las plumas de los pavos reales con sus ojos.

"Juno y Argos" de Rubens.
      Es habitual que Hera aparezca en las representaciones de las infidelidades de Zeus como observadora lejana, no como artífice de la venganza posterior contra las amantes de su esposo.